Pongamos que me estás leyendo desde tu ordenador personal, en el salón de una casa de Madrid, o de Segovia, o de Ávila...o de Bilbao.
Pongamos que me estás leyendo, que es lo que importa.
Pongamos que tienes por delante una semana de curro duro y estresante, de un mes de curro duro y estresante y que lo más que has hecho con tu chica en este mes, ha sido ir al "super" a por lo necesario para mantenerte fuerte y poder seguir aguantando el curro.
Y hoy, por lo que sea, porque ya estás harto, porque es lunes y no tienes ganas de lunes y sueñas con largarte de allí y respirar o porque el sábado que viene te apetece llevarte a tu pareja a un lugar que no conozcáis y mirarla a los ojos al amor de un vino y decirla "te quiero", con su posterior beso de película.
Ahí es donde entro yo (no en lo del beso, válgame el cielo) y te ofrezco una escapada perfecta a un sitio perfecto y en un ambiente perfecto.
¿Donde? Fácil
...Valladolid.
Deja el coche en casa el viernes y pillate un Ave, los hay cada hora y sale muy bien de precio, además, no cortan el mar si no vuelan, cual velero de Espronceda.
Aquí podéis alojaros en cualquiera de los hoteles de la ciudad, de todos los tamaños, de todos los colores y de todas las categorías, pero siempre a muy buen precio y con un trato estupendo.
Una duchita y poneos guapetes, que hay mucho que ver y que hacer.
Por mi naturaleza glotona y hedonista, lo primero que os recomiendo es daros un paseito por el centro, por el casco antiguo de Valladolid y entrar en cualquiera de sus bares de tapas, a descubrir porque nos estamos colocando a la cabeza de este tipo de gastronomía.
Les tenéis de todo tipo, desde los más clásicos a los más vanguardistas, que echan humo y se comen hasta con el envoltorio.
Obviamente, acompañadlo con uno de los vinos de cualquiera de las cinco D.O que tenemos en la provincia.
Tintos, rosados, blancos, espumosos...lo que más rabia os de, que todos están de mimo.
Si es buena hora aún y están abiertas, nuestras salas de exposiciones acogen muchas exposiciones interesantes y muy variadas.
Después una cenita romántica, hay muchos restaurantes con menús y cartas de lo más elaborado para sorprender y seducir.
Tras la cena, os doy la opción de ir a dar un pirulo por ahí y tomar un copazo por su sitio, de esos preparados que saben a gloria bendita.
A partir de ahí la noche es joven y lo dejo a vuestra imaginación, que yo no me meto.
El sábado por la mañana mil opciones: rutas y visitas guiadas, teatralizadas, sin teatralizar, en el bus turístico a pie...a gusto de consumidor.
Los museos y casas museos están abiertos para vosotros, no os perdáis la oportunidad de contemplar las mejores tallas sacramentales del mundo, o el arte contemporáneo más puntero.
Puede que queráis ir de compras, aquí tenemos de todo y las calles comerciales están muy cerca unas de otras.
Para comer eso si, dejadme recomendaros un "lechazo" en cualquiera de nuestros asadores, veréis que cosa más rica.
Una siesta y vuelta a la calle.
Teatro, conciertos, danza, oferta cultural y de ocio de lo más variada.
Elegid, tenéis donde elegir.
El enoturismo urbano está muy de moda y hay diversas vinotecas donde acudir a catas y dejarse aconsejar si queréis llevaros buenos caldos para casa.
La noche es vuestra, podéis cenar de pinchos o dejaros llevar por la intuición de nuestros chefs.
Una copita en un bar musical o un paseito cogidos de la mano, lo que os pida el cuerpo.
El domingo podéis hacer un recorrido monumental, dar una vuelta por el "Campo Gande", subir a La leyenda del Pisuerga, el pequeño crucero fluvial de la ciudad o lo que más os apetezca de todo lo que os he planteado.
Creo, que para un fin de semana, es un plan más que estupendo.
Se que los tiempos están complicaditos y que hay que mirar hasta el último céntimo, pero os aseguro que si os organizáis, no será tan costoso y de vez en cuando, hay que elegir en salud espiritual y mental y a mi esa, me la da viajar, distraerme y escaparme de las rutinas.
No os arrepentiréis, palabra de Mogwai.
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