Los Jueves...esos nuevos sábados.

Pues si amiguitos.
Los sábados se están pasando de moda y los jueves (o "juergues" como yo digo) se van imponiendo en cuanto a oferta de actividades de ocio nocturno.
Ayer la noche de Valladolid se llenó de conciertos, catas organizadas, exposiciones y eventos de todo tipo.
Destacar el aniversario del hotel Foxa Valladolid, que reunió a gran parte de los VIPS vallisoletanos.
Yo acudí a dos citas ineludibles.

En primer lugar, a las 21 horas (hora peninsular) me presenté aseadito y energético a una cata de cervezas internacionales en La señorita Malauva.

Éste establecimiento, organiza catas y maridajes todos los meses y entre lo original de sus propuestas y al encontrarse en pleno centro histórico de la ciudad, todas sus actividades cuentan con una gran afluencia de público.
En esta ocasión, no tuvimos con nosotros a Gustavo ya que se encontraba en el Foxa, pero Chisco y Marco Negroni, dueño de "La pasión" (C/Ruiz Hernandéz) nos atendieron estupendamente.
De hecho fue Marco quien condujo con gran habilidad la cata.
Hay que tener en cuenta, que en el establecimiento de Marco podemos encontrar cerca de 300 cervezas diferentes y que al ser Sumiller y experto en la materia, el éxito de la propuesta estaba asegurado.

En primer lugar, probamos una cerveza americana, de Denver (Colorado).

La casa cervecera Fying dog, ha elaborado una cerveza sin lúpulo, muy original, con una espuma muy efímera y un olor y un sabor muy especiales, ya que estaba preparada con laurel, enebro, flor de Sauco...

Esta cerveza, que nació como producto de una apuesta entre americanos e ingleses, se maridó con unos deliciosos nachos con Guacamole y salsa picante.
Fenomenal para abrir boca.

En la mesa que se me asignó para la cata, tuve la suerte de conocer a una parejita encantadora, a los que la vida y el trabajo han traído a Valladolid desde Tenerife.
Carlos y Georgina, de 30 primaveras, llevan tan solo 4 meses en la ciudad y aunque echan de menos el mar y el clima canario, lo cierto es que están tan contentos, da gustico verlos.


Con ellos compartí el resto de la cata y más cosas que luego os iré contando.

La segunda cerveza, absolutamente espectacular, fue la escocesa Punk Ipa, una birra alternativa con cuatro tipos de lúpulo, color "oro viejo" y muy aromática (de hecho... atufaba a marihuana y es porque el lúpulo es una planta emparentada con el cáñamo).
Esta cerveza, elaborada por la casa Brew Dog, es a mi gusto altamente recomendable y no va a decepcionar a los más exigentes.
Se maridó con unos burritos rellenos de verduras, realmente ricos.

Para terminar, Marco nos presentó la cerveza Rogue, de Oregón, USA.
Una cerveza muy friky, de alta fermentación y 6,2 grados de alcohol.
Los cerveceros que la preparan cultivan su propio lúpulo y se han hecho merecedores de un sin fin de premios internacionales.
La cerveza, maridada con una tarta de yema, tenia un delicioso sabor a almendras y un olor que recordaba a la repostería casera.
Una cata divertidísima y muy agradable donde aprendimos un montón sobre el arte de la cerveza.





De ahí, con las orejitas calientes me trasladé en compañía de mis nuevos amigos tinerfeños hasta un establecimiento mítico de la noche vallisoletana, el Largo Adiós (Cafetín, para los amigos) donde se estaba llevando a cabo un concierto de uno de los grupos más representativos de la escena canalla y alternativa de la música de Valladolid. Los Pichas.

Javier Carballo, actor profesional de innegable calidad en las tablas, lidera una banda que hace de la rumba su seña de identidad y que con un directo potente, irreverente y muy divertido, hace que te resulte imposible controlar los pies.

Como buen Mogwai que soy, me marqué unos bailecitos y por aquello de no mezclar me apreté unas cuantas cervezas más.


Noche para el recuerdo, si señor.
A los que me leéis, os recomiendo que os acerquéis por Valladolid un jueves por la noche.
Es una delicia, si señor, e incluso las mozas están más receptivas.

Palabra de Gizmo.